La respuesta más directa a esta pregunta es SÍ, sin embargo, esto merece un análisis más profundo.
La correcta implementación de un Plan de Obra tiene beneficios decisivos en el éxito de un proyecto. El primero y más importante es la optimización del tiempo. Se distribuyen los recursos para cada frente de trabajo y se calcula la duración de cada tarea en función de dicha asignación y esto reduce la probabilidad de que haya retrasos en las tareas o tiempos improductivos de los recursos.
El segundo beneficio es el cumplimiento del plazo de obra. Una correcta planificación define cómo hacer el trabajo y a qué ritmo. Determina actividades, secuencia y métodos aplicados. Esto en mayor o menor grado asegura que el proyecto se complete en el plazo previsto.
El tercer punto positivo es el incremento en la productividad y la eficiencia. Un minucioso plan de trabajo facilita y optimiza los controles de progreso, desempeño y calidad de una obra, permitiendo corregir desvíos y mejorar los resultados.
La incorrecta definición de las tareas y objetivos reducen la productividad. Los recursos humanos, materiales y maquinaria se emplearan de forma ineficiente provocando desvíos en los costos, que pueden reducir el beneficio hasta incluso hacerlo negativo.
